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Díme lo que comes y te diré quién eres

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La comida es lo que da vida a la humanidad

Recién llegado a la tierra, el hombre buscaba en la alimentación la sola supervivencia sin importar sabores, texturas ni temperaturas. La carne de grandes bestias como el mamut, era consumida en estado casi natural e incluso la dentadura de nuestros antepasados era anatómicamente distinta para poder masticarla.

Hay quienes prefieren la italiana, otros la japonesa, otros la francesa o la española y todos adoramos la mexicana. Ahora están de moda la colombiana, la peruana, la tailandesa y las más exóticas. Los más refinados aseguran que la mejor para la mañana es la mexicana, para la tarde la española y para la noche la francesa. Pero ¿has notado que la alimentación es distinta en cada región? No nos referimos a los sabores, sino al conjunto tan especial de cada civilización y el ritual que ha hecho alrededor de uno de los mayores placeres del ser humano: comer.

Los antiguos egipcios dejaron plasmados sus testimonios alimenticios, recetas culinarias y de medicamentos en los muros de templos y tumbas, y en las ofrendas de sus muertos. Pero ya contaban con tecnología e importación de productos, que les permitía ampliar su oferta. Comían pan, cerveza, pescado, carne de oveja, cerdo y aves, y las vacas estaban reservadas para ocasiones especiales. Todo iba acompañado de ajo, cebolla, legumbres, habas, chícharos y lentejas, e incluso verduras y frutas como col, pepino, rábanos, dátiles, uvas, granada, sandía, melón y una especie de higos. Una de sus grandes aportaciones fue la creación de postres y pasteles a base de pasas y miel de abeja. El vino estaba reservado para los ricos. Los egipcios antiguos descubrieron la fermentación del pan después de un accidentado olvido de masa en las cocinas, y el resultado exquisito que obtuvieron cuando hornearon el esponjado bollo.

La comida en la antigua Grecia era frugal, pero fueron los primeros en establecer tres tiempos, el desayuno, el almuerzo y la cena. Los griegos comían sentados en recipientes de terracota o metal. Se comía con los dedos y con la ayuda de un cuchillo para cortar los sólidos y una herramienta cóncava similar a la cuchara para los caldos. Los cereales eran la base de su alimentación, principalmente el trigo y la cebada y producían harinas para fabricar pan, que aderezaban con queso o miel. También se conocía la levadura, los moldes y el horno precalentado. Contaban con aceitunas, ajo, cebollas, legumbres, carne, pescado, fruta y golosinas. También galletas llamadas “hemiarton” en forma de luna en honor a la diosa Atenea, o “kribanés” con formas de senos para agradar a Afrodita. Sus platillos tenían vínculos religiosos y se realizaban en honor de los dioses.

Fueron pioneros en la fabricación de aceite de oliva, vinagre, aceitunas y uso de hierbas, y contaban ya con higos, granadas, nueces y avellanas, castañas, garbanzos, mantequilla, huevos de gallina, faisán, codornices y leche cuajada. Destacaba el Kykeon, una bebida de cebada con hierbas citada en la Ilíada y en la Odisea. Los griegos no ignoraban el placer de comer y disfrutaban de banquetes y festines. Contaban con cocineros pero les desagradaba el exceso de lujo y la pesquisa culinaria. A sus ojos, los persas eran una sociedad decadente por su exigente paladar y costumbres refinadas. Iccos, siglo V AC, es considerado el primer atleta en ser sometido a un régimen alimenticio del cual dijo ser “comida de locos”. Creían que si consumían carne de cabra, brincarían alto como una cabra, la de buey les haría fuertes como el buey. La práctica de la cocina era aún relegada a la mujer.

Los romanos por el contrario, marcarían una nueva era en la gastronomía, cambio que tardaría más de mil años en suceder. Sus hábitos se vieron influenciados por la cultura griega en un principio, y después, al convertirse un imperio, por todas las otras civilizaciones que conquistaron. Su desayuno incluía farro con sal, huevos, queso, miel, leche y fruta. El pan era humedecido con vino y acompañado de aceitunas, galletas y uvas. En el almuerzo comían las sobras de la cena anterior, que normalmente consistía de panes, grasa, aceite de oliva, verduras, carne, pescado y mariscos. Al instaurarse la república, la comida se servía en tres tiempos, la entrada, el plato fuerte y el postre.

Al igual que los persas, los romanos establecieron un cuarto especial para consumir los alimentos, llamado triclínium, y una mesa y sillón donde cabían no más de 9 personas. En ella se reclinaban sobre su codo izquierdo y orientados hacia el centro de la mesa. Lavaban sus pies y manos antes de la cena; los alimentos se tomaban con las puntas de los dedos y dos tipos de cucharas, una grande, lígula, y una pequeña, cochlear, el equivalente del tenedor moderno. Usaban servilletas para limpiar dedos y boca y tiraban las sobras de huesos y conchas al suelo, donde los esclavos pudieran barrer.

La decoración de los platos podía llegar a ser más importante que los ingredientes, y las almejas y ostras eran consideradas parte del postre. Fueron también productores de vino y vinagres, y una mezcla de miel y vino llamada mulsum, aunque la cerveza era considerada vulgar. Los invitados a una cena usaban coronas perfumadas hechas de flores, que representaba la posición social.

Es importante notar que estas tres civilizaciones comparten elementos muy especiales a la hora de comer, como las mesas, el aceite de oliva y en especial el trigo. A partir de ellas se derivan las bases de la cocina internacional que es usada en todo el mundo. Pero muy lejos de ahí, en tierras remotas, los orientales también establecían sus propios estilos listos para degustar con un par de palillos.

En China existió y existe todavía, una serie de costumbres de alimentación íntimamente relacionadas, no sólo con la sociedad, sino con la filosofía y la medicina. El pueblo chino ya había desarrollado un protocolo muy completo basado en las enseñanzas de Confucio, conductas que nacieron casi dos mil años antes que las reglas de etiqueta occidentales. Éste afirmaba que el modo en que un chef corta los alimentos genera un efecto en ellos, y la frescura de la comida afecta al gusto. Los alimentos se dividen en yin, femeninos, y yang, masculinos, que deben mezclarse para hacer la combinación perfecta. El yin incluye alimentos ricos en agua como frutas y verduras, y el yang contiene platos fritos, especiados y a base de carnes. La sopa se sirve al final de los alimentos para saciar el apetito del comensal.

Fuertes períodos de hambruna que asolaron al país durante miles de años, les hicieron elaborar recetas que acogieran partes comestibles de los animales como tripas, cartílagos, cabezas y garras de aves. Pero la dieta china es variada y rica pues contempla vegetales, carne de vaca, pollo y cerdo, soya, sake y bambú. La Guangdong es una cocina amplia y refinada, usa productos frescos del mar, aves, insectos, ratones, serpientes, lechón e incluso gato. La Shandong también emplea productos del mar como aletas de tiburón, ovario de cangrejo, huevos de calamar y semillas de nuez con leche.. La comida Sichuan es famosa por su sabor picante y extraño, y sus recetas contienen ingredientes como carne picada con pescado, soya picante, carpa de piedra y especias. La comida Huaiyang usa productos vivos y frescos y pone cuidado en el sabor, forma y color, como pollo, pescado mandarín agridulce, bambú tierno, pato, pescados al vapor etc.

En la comida China no existe el postre, las frutas se emplean como acompañamiento de algunos platos. Pero sin duda, tres elementos le son muy particulares: el arroz blanco, el wok y el tofu, éste último originado en China por el príncipe Liu An, hace más de dos mil años cuando inventa la leche cuajada como un alimento nutritivo para la población. Además, los populares palillos son originarios de China pues son de costumbre milenaria en la cultura. Se utilizan como utensilios de mesa para comer alimentos sólidos y se fabricaban de madera, marfil e incluso de plata para detectar veneno en los alimentos de la monarquía. Por tradición, consideran el uso del cuchillo como un acto bárbaro, debido a que éstos se usan en la guerra como armas.

Cercano a la Gran China Imperial, Japón también establecía sus propias reglas a la hora de comer. Los japoneses se ostentan de realizar la comida oriental más delicada y elegante, de hecho uno de los 10 mejores restaurantes del mundo es de comida japonesa. En la Edad Antigua, la cocina japonesa estaba influenciada por la cultura china haciendo la mayor aportación gastronómica, pero después de ello, en la Edad Moderna, se desencadenaron grandes cambios.

La comida japonesa incluye vegetales tan comunes como exóticos como puerro, espinacas, pepino, berenjena, rábano, papa, raíz de loto, brotes de bambú, cebolla verde, hongos y algas de muchos tipos. También convida mariscos propios de la región, tallarines, huevos de codorniz y de gallina, carnes de cerdo, vaca, pollo, cordero y caballo, legumbres, tofu, salsa de soya y frutos frescos y secos, así como aceites y sales de sésamo y el famoso wasabi.

Una de las mayores aportaciones es la técnica tempura, que llegó a Japón en la Edad Moderna, gracias a los navegantes portugueses en el siglo XVI, como una técnica para cocinar y conservar el pescado. Pero todo platillo es mera compañía del rey de la mesa, el arroz blanco, cocido al vapor y estrella en el plato. Cualquier preparación solamente sirve de guarnición y para dar sabor al arroz blanco que es en principio insípido.

La técnica asiática de cocina es muy similar en todo el Oriente Extremo, en países como los recién mencionados, las dos Coreas, Vietnam, Tailandia y más. La comida se prepara en recipientes, como el wok, que alcanzan altísimas temperaturas y que cuecen los alimentos sin quitarles lo crujiente, siempre al lado del arroz. La comida es más que la satisfacción del cuerpo, pues comprende con ello el bienestar del alma. Es una combinación de todas las facetas del ser humano sobre un plato y su éxito es mundial.. Pero al cruzar el océano Pacífico, nos encontramos con un continente gigantesco, donde las culturas mesoamericanas también han conquistado el arte de la gastronomía.

Tal vez una de las cocinas más célebres, completas y variadas del mundo sea la nuestra, la mexicana, que actualmente es considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Se remonta a más de 10,000 años atrás, al momento en que el maíz fue domesticado en el cultivo y que sería la base de la cultura mesoamericana, el ingrediente que sigue siendo el más importante en Hispanoamérica. Así como el trigo es en Europa y el arroz en el Asia, aquí el maíz da sentido a la comida. Su riqueza cuenta con recetas ancestrales que han pasado de generación en generación, que han sobrevivido a la evolución e industrialización del hombre, y que hoy son el tesoro de quienes las aprecian.

A diferencia de otras culturas, la comida latina y en especial la de México, es un factor que une a la sociedad; a través de ella nacen las amistades, se conocen las parejas, se cierran grandes negocios, se fortalecen los lazos de una familia y sobre todo, se disfruta de un buen momento. Todas las reuniones sociales giran alrededor de un desayuno, la comida, el cafecito o la merienda. En las mesas mexicanas no solamente se sientan los padres y los hijos, sino que siempre se incluye algún amigo, los primos, la abuela, los parientes que viven fuera, los viejos amigos y los recién conocidos, alrededor de manjares caseros, de recetas antiquísimas.

El territorio que abarca la República Mexicana fue un mosaico de muchas culturas muy distintas unas de otras. Aquí no sólo existía la civilización Maya, en la Península de Yucatán, estaban los aztecas en el Valle de México, zapotecas y mixtecas en Oaxaca, totonacas en Veracruz, olmecas en Tabasco, toltecas en Hidalgo y purépechas en Michoacán. Cada una contaba con su propia estructura social y de gobierno, su propia lengua, arquitectura, arte y religión. Pero también cada una tenía su propia diversidad culinaria que sigue viva. Las Crónicas de la Conquista de Hernán Cortes y Bernal Díaz del Castillo, describen la riqueza de colores, sabores y aromas de la gastronomía mexicana.

La dieta de la época prehispánica se basaba principalmente en vegetales como el maíz, chile principalmente y jitomate, cacao, aguacate, calabaza, nopal y vainilla, divinizados ante Chicomecóatl, diosa de los alimentos. Criaban pavos y perros y consumían insectos y larvas que son considerados exquisiteces como chinicuiles, chapulines, escamoles y jumiles. También animales como iguanas, serpientes, ranas y ajolotes, pescados, ardillas, tejones, patos y codornices. También relacionaban la comida con el mundo espiritual, tal como sucede con los altares de muertos, colmados con los más deliciosos antojos del difunto.

No contaban con muchos métodos de elaboración, pero inventaron una de las técnicas más importantes del mundo que aun hoy se utilizan, la nixtamalización del maíz. Ésta combina el almidón del maíz incorporado a la cal, y lo convierte en masa. Sabían también la cocción al vapor y el horno de tierra. Así perfeccionaban una a una las grandes delicias que hoy conocemos como el mole, el tamal, el uchepo y la tortilla.

Con la Conquista de México se añaden nuevos ingredientes al menú; distintos tipos de carnes animales llegaron de Europa y se fusionaron con la comida local y se exportaron recursos americanos al viejo continente. El chocolate y la vainilla, tan refinados en países europeos, son de nacionalidad mexicana al igual que el chile y el jitomate entre muchos más. Y es precisamente esa fusión la que es considerada una de las más ricas a nivel mundial. En el intercambio de ingredientes adquirimos el cerdo, la vaca, la oveja, la gallina, el arroz, el trigo y las especias, las manzanas, ciruelas y frutos rojos, y los convertimos en las mejores recetas del mundo.

De la unión de ambos mundos nacen muchas de las grandes estrellas de la gastronomía mexicana como el Pan de Muerto, las carnitas, los Chiles en Nogada o la Cochinita Pibil. En todas las versiones culinarias permanece viva la tortilla, preferida en los hogares por encima del pan y que sigue siendo la base de la alimentación mexicana, producto noble que permite elaborar cientos de platillos distintos. Además, la tortilla contribuye a mantener el equilibrio bacteriano intestinal debido a sus ingredientes ricos en calcio, ácido fólico, fibra y potasio.

Así, en las civilizaciones precolombinas mesoamericanas, lo que hoy es Perú, Colombia, Venezuela, Guatemala, y todo lugar donde se asentaron los primeros pobladores del continente americano, se desarrollaron técnicas similares, como las arepas, el uso del maíz y una gran variedad de frutas y verduras. El clima cálido de la mayor parte del territorio ofrecía a los pobladores una amplia variedad de alimentos, misma que fue ampliada tras la conquista.

Imagina al hombre, recién llegado al mundo, nómada, huérfano y expuesto a los rigores de la naturaleza, que consumía lo que encontraba a su paso, sin oportunidad de hacer planes sobre su cena. Imagina que al volverse sedentario, descubre una gran cantidad de opciones para complementar un simple fruto de la tierra. Es asombroso que al depender del clima, la geografía, factores sociales como la ideología, religión, educación y cultura, cada región determinó sus propios hábitos alimenticios. Así nace tan exquisita variedad de estilos de cocina mundial.

El ser humano es la única especie que, presumiendo superioridad racional, come cuando no tiene hambre y cuando la tiene no come. Y es que comer no es simplemente satisfacer las necesidades y apetito, sino confortar un conjunto físico y emocional. No solamente buscamos apagar el hambre, buscamos una emoción, un sentimiento, un recuerdo, alguna conexión entre lo humano y lo sobrenatural, los sabores que nos recuerde el milagro de estar vivos. Buscamos que el comer no sea solamente un instinto de supervivencia, sino un privilegio y un goce, la pasión por los sabores, un regalo de los dioses. Así lo decía Hipócrates, y con justa verdad, que la alimentación es nuestra mejor medicina.

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Hábitos alimenticios para el Año Nuevo

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¡Para sentirte mejor y alcanzar tus metas de bienestar la alimentación es lo más importante!

El inicio de un nuevo año es una oportunidad perfecta para establecer hábitos alimenticios saludables que te ayuden a sentirte mejor y alcanzar tus metas de bienestar. Aquí tienes algunas pautas para empezar el año con una dieta equilibrada:

1. Establece metas realistas

No intentes cambiar toda tu alimentación de golpe. En lugar de eso, fija metas pequeñas y alcanzables, como incluir una ración extra de vegetales al día o reducir el consumo de bebidas azucaradas.

2. Incorpora más alimentos frescos y naturales

Llena tu plato con frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y grasas saludables. Estos alimentos te aportan energía sostenida y nutrientes esenciales para mantener un buen funcionamiento del cuerpo.

3. Planea tus comidas

Planificar tus comidas y preparar alimentos en casa te ayudará a controlar las porciones, evitar opciones poco saludables y ahorrar dinero. Dedica un día a la semana para planear tus menús.

4. Mantente hidratado

Beber suficiente agua es esencial para la digestión, la circulación y la energía. Lleva siempre contigo una botella de agua y establece recordatorios si tiendes a olvidarlo.

5. Practica el mindful eating

Come con atención plena: apaga pantallas, mastica despacio y disfruta cada bocado. Esto ayuda a evitar comer en exceso y a sentirte más satisfecho con las porciones adecuadas.

6. Reduce los alimentos ultraprocesados

Limita el consumo de alimentos altos en azúcares añadidos, sodio y grasas trans. Aunque son convenientes, estos productos suelen carecer de valor nutricional.

7. Introduce un desayuno equilibrado

Comienza el día con un desayuno rico en proteínas, fibras y grasas saludables para mantener la energía y reducir los antojos a lo largo del día.

8. No olvides darte un gusto

Adoptar una dieta saludable no significa renunciar por completo a tus comidas favoritas. Permítete pequeños caprichos de vez en cuando para mantener el equilibrio y la motivación.

9. Aprende a escuchar tu cuerpo

Come cuando tengas hambre y detente cuando te sientas satisfecho. Diferencia entre el hambre física y el hambre emocional para evitar comer por ansiedad o aburrimiento.

10. Busca apoyo si lo necesitas

Considera trabajar con un nutricionista o un profesional de la salud que pueda ofrecerte orientación personalizada y ayudarte a mantener tus objetivos.

Adoptar hábitos alimenticios saludables no es una carrera; es un compromiso con tu bienestar a largo plazo. Este Año Nuevo, apuesta por cambios sostenibles que se adapten a tu estilo de vida y te permitan disfrutar del camino hacia una vida más saludable. 🌟


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Frutas y verduras de temporada

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Septiembre mes patrio en México y con deliciosas frutas de temporada

Hacia finales del verano cambia la luz y las temperaturas se suavizan. Nos adentramos poco a poco en un nuevo ciclo y eso se nota en la huerta.

Perdura buena parte de la cosecha de verano, que sigue madurando y es cada vez más dulce, por la acumulación de sol. Pero a su vez aparecen nuevas frutas y hortalizas que anuncian la transición y que convierten septiembre en un mes de mucha variedad, ideal para encarar la recta final del verano y dar la bienvenida al otoño.

De hecho, el cambio en la naturaleza es tan palpable que la medicina tradicional china habla en esta época de una quinta estación, el llamado verano tardío, que se asocia al elemento tierra.

Con el verano tardío llega el momento de cuidar especialmente del bazo, el páncreas y el estómago, los órganos de la digestión y la nutrición. Pasamos del descanso y la desconexión a retomar una rutina que muchas veces somete al organismo a un ritmo mucho más acelerado, y la digestión se resiente.

Nuestro cuerpo sigue agradeciendo las comidas frescas y ligeras, pero también el movimiento y que nos tomemos buenos momentos para desconectar y hacer la transición menos brusca.

¿Qué frutas y verduras están de temporada en septiembre?

Aquí te dejamos una lista de frutas y verduras de septiembre para incorporar a tu menú

Estos productos de temporada están presentes, pero ¿sabes por qué es más fácil encontrarlos en esta época? A continuación te dejamos algunos datos de todos estos productos para que al comerlos en estas fiestas patrias, tengas presente que estas consumiendo alimentos del campo mexicano.

  • Uva: Sonora es el líder productor de esta fruta, tan solo en 2020 su producción fue de 339 mil 140 toneladas.
  • Granada: Es la fruta carnosa del granado, árbol de la familia de las punicáceas, la cual se da principalmente en el estado de Morelos con una producción de mil 544 toneladas.
  • Ciruela: Existen más de 200 tipos de esta fruta, el principal componente de las ciruelas es el agua y en México se produce principalmente en Chiapas, con 18 mil 144 toneladas.
  • Piña: No se puede pensar un taco al pastor sin esta fruta, al comerlos debes saber que la piña se produce principalmente en Veracruz con 809 mil 291 toneladas.
  • Plátano: Es una fruta deliciosa que puede ser consumida cruda o cocida y es cosechada en todo el mundo. En nuestro país el líder productor es Chiapas con 701 mil 500 toneladas.
  • Chile poblano. Es probablemente el producto estrella de esta temporada, originario del Valle de Tehuacán, Puebla, cuna de los chiles en nogada. 
  • Poro: Es una hortaliza que se cultiva como verdura, en México, se cultiva principalmente en Baja California con 3 mil 409 toneladas.
  • Calabacita: Es una hortaliza altamente consumida en todo el país, su principal productor es Sonora con 184 mil 235 toneladas.
  • Chile verde: Es la base de muchos platillos mexicanos que son bañados en una salsa verde. Su principal productor es el estado de Chihuahua con 722 mil 936 toneladas.
  • Col: En la cocina mexicana se utiliza cruda, rebanada finamente sobre tacos, tostadas o empanadas, su principal productor es Puebla con 82 mil 191 toneladas.
  • Chícharo: Es una verdura utilizada en platillos tradicionales como los huevos motuleños. El estado de México es el principal productor con 32 mil 729 toneladas.
  • Rábano: Pozole sin rábano no es pozole, al comerlo ten en cuenta que se produce en Puebla con 33 mil 301 toneladas.

Consumir productos de temporada genera mayores ingresos a los productores nacionales, además de que fortaleces nuestras tradiciones utilizándolos en la elaboración de platillos patrios.

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Tendencias en alimentación saludable

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Transformando la Industria Gastronómica

En la era actual, la alimentación saludable se ha convertido en una prioridad para muchas personas. Ya no se trata solo de contar calorías, sino de elegir alimentos que no solo nutran el cuerpo, sino que también promuevan el bienestar general. En este artículo, exploraremos algunas de las tendencias más destacadas en alimentación saludable que están cambiando la forma en que pensamos sobre la comida y cómo la industria gastronómica está respondiendo a estas demandas.

Enfoque en Ingredientes locales y de temporada

Foto: iStockPhoto

Una de las tendencias más prominentes en alimentación saludable es el enfoque en ingredientes locales y de temporada. Los consumidores están más conscientes que nunca de la importancia de apoyar a productores locales y de elegir alimentos frescos que estén en su mejor momento. Esto no solo promueve una dieta más variada y rica en nutrientes, sino que también contribuye a la sostenibilidad medioambiental al reducir la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos.

Auge de dietas basadas en plantas

Foto: Platillos con plantas / iStockPhoto

Las dietas basadas en plantas, como el veganismo y el vegetarianismo, están experimentando un auge significativo. Cada vez más personas están optando por reducir su consumo de productos de origen animal en favor de alimentos vegetales, no solo por razones éticas, sino también por los beneficios para la salud asociados, como la reducción del riesgo de enfermedades crónicas y el aumento de la ingesta de fibra y antioxidantes.

Alimentos funcionales y superalimentos

Foto: Semillas Quinoa

Los alimentos funcionales, que ofrecen beneficios específicos para la salud más allá de la nutrición básica, están ganando popularidad. Esto incluye alimentos enriquecidos con probióticos para la salud intestinal, alimentos ricos en antioxidantes como bayas y cacao, y superalimentos como la quinoa y el aguacate que ofrecen una amplia gama de nutrientes esenciales.

Enfoque en la transparencia y etiquetado claro

Foto: Etiquetado nutricional

Los consumidores están cada vez más interesados en conocer el origen y los ingredientes de los alimentos que consumen. Las empresas están respondiendo a esta demanda con un enfoque en la transparencia y un etiquetado claro que proporciona información detallada sobre la composición nutricional, los métodos de producción y los sellos de certificación, como orgánico o libre de transgénicos.

Tecnología y nutrición personalizada

Foto: App para seguimiento nutricional en el móvil

La tecnología está desempeñando un papel importante en la alimentación saludable a través de aplicaciones y dispositivos que ayudan a las personas a realizar un seguimiento de su ingesta nutricional, establecer objetivos personalizados y acceder a información nutricional en tiempo real. Además, la nutrición personalizada, que tiene en cuenta factores como el metabolismo individual y las preferencias alimentarias, está ganando terreno como una forma más efectiva de abordar las necesidades dietéticas únicas de cada persona.

Transformación de la industria

Las tendencias en alimentación saludable están evolucionando rápidamente, impulsadas por la creciente conciencia de la importancia de una dieta equilibrada para la salud y el bienestar. Desde el enfoque en ingredientes locales y dietas basadas en plantas hasta la incorporación de alimentos funcionales y tecnología de nutrición personalizada, estas tendencias están transformando la industria gastronómica y brindando a los consumidores más opciones para una alimentación más saludable y consciente.

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